El anuncio de la comercialización de las tarjetas Radeon 58xx, con las que AMD/ATI se adelantaría en el soporte para las nuevas APIs de Microsoft DirextX 11 parece no asustar NVIDIA, que minimiza su impacto y apuesta por tecnologías propias como CuDA, PhysX y Stereo 3D Vision.
“DirectX 11 por sí solo no va ser la razón que defina la compra de una nueva GPU. Microsoft está trabajando con la industria para facilitar la creación de contenidos y las características de DirectX 11 van a permitirlo pero esto no será la única razón para que los consumidores invierten en una tarjeta gráfica”, argumentó Mike Hara, vicepresidente de relaciones con los inversores de NVIDIA.
“El aumento de resolución y potencia en los chip gráficos no va a cambiar fundamentalmente la experiencia del usuario. Más cuadros por segundo no va a definir la compra de una tarjeta u otra”, explica Hara, que apuesta por contra por tecnologías propias como CuDA para aplicaciones de propósito general, la unidad de física PhysX o Stereo 3D Vision para experiencias 3D estereoscópicas.
Claro que, DX11 incluye DirectCompute 11 que hace lo mismo que CuDA al igual que OpenCL, estándares más extendidos y aprobados por la industria. Por otro lado la mayoría de usuarios de consumo adquieren una gráfica dedicada para aumentar el rendimiento gráfico en videojuegos y no para aumentar el paralelismo en aplicaciones sustituyendo a la CPU.
Aunque la compañía pueda tener razón técnicamente, el problema radica en que ATI se va a adelantar con la llegada de gráficas DX11 ganándole la partida a su rival. NVIDIA no minimiza la llegada de DirectX 11, sino que intenta minimizar el impacto de marketing que supone llegar los segundos al mercado, en la entrega de gráficas con soporte para las nuevas librerías.
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