Desde ya les anuncio que esto es algo conceptual. Se trata de un vehículo de 36 metros de largo, un híbrido entre yate y avión que es capaz de deslizarse delicadamente por el agua o bien volar algunos metros sobre la superficie del mar. Hay un gran olor a tecnología por aquí, ¿no crees?
Este ‘yavión’ (yo le doy ese nombre) sin dudas nos recuerda a los ekranoplanos, pero la historia de estos es distinta, ya que fueron inventados en Escandinavia, pero fue tiempo después un científico ruso quien pudo perfeccionarlo. Originalmente se usaron para llevar cosas de aquí para allá, sobretodo armas de guerra en aquella época, así como también soldados. Y todo gracias a un tal efecto, el efecto suelo.
Luego del colapso de la U.R.S.S., el programa militar fue cancelado y los aparatos por ende dejaron de producirse, pero aún son fabricados en todo el mundo, aunque ninguno es tan fantástico como el EkranoYacht, el cual solo tiene un impedimento para hacerse realidad, y eso es dinero. Incluso los millionarios rusos no logran encargarse del proyecto.
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